Holaa!!! He vuelto!!. Durante este verano he estado un poco desconectada, pero vuelvo con muchas ganas de compartir con vosotras algunas de las novedades que hay en Amazon !!
Así que vuelvo con las pilas cargadas !!!
Hola!! por aquí os dejo las novedades de los meses Julio y Agosto.
Ya sabéis que podéis comprarlas directamente desde el enlace que las acompaña !!
Además en esta ocasión os dejo el enlace de mi Librería, donde si os animáis podéis comprarlas... Además cada pedido, lo acompañará un regalito...
¿Cómo fueron tus comienzos en la escritura?
Pues podría decirse que fueron una bonita locura que al final salió bien, ya que no fue nada premeditado ni que me hubiese planteado nunca. Me quedé en paro después de llevar toda la vida trabajando y sentía que me sobraba tiempo cuando siempre me había faltado. Entonces me puse a escribir por ocupar ese tiempo. Era algo que, en un principio, hacía solo para mí, como una especie de hobby. Pero como lectora sí que he sido desde que tengo uso de razón y veía que cada vez disfrutaba más creando mi propia historia y no solo leyendo las que escribían otros, pues decidí tomármelo en serio. El resultado de esa bonita locura fue mi bilogía La razón eres tú, que fue publicada por la editorial Romantic Ediciones.
¿Te inspiró alguna persona o alguna situación en particular?
La verdad es que sí. Aunque ya he dicho que comencé a escribir de un modo un tanto loco, sí que es cierto que me inspiró el rock. Es más, Mario, el prota masculino de La razón eres tú, para mí no es otro que Adam Gontier, y en él pensaba mientras escribía la historia.
¿Existe un horario propicio para ponerte a escribir o cualquier momento del día es ideal?
Suelo escribir por las mañanas. Me levanto muy temprano, con la mente despejada y para mí es el momento ideal. Disfruto una bestialidad de esas horas en las que aún no ha amanecido y solo estamos el silencio, las voces en mi cabeza y yo.
¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo o donde generalmente sueles escribir?
Esto sé que puede sonar a broma, pero juro que no lo es. Escribo en la cocina y ya no creo que pudiera hacerlo en otro lugar; primero, porque somos familia numerosa y tampoco es que nos sobren las habitaciones; segundo, porque soy fumadora y solo fumo en la cocina, y tercero, porque ya me he acostumbrado y hasta una silla de oficina tengo allí como parte del mobiliario para que no se me duerma el culo en las de madera.
¿Cómo surgió la idea de tu último libro?
Descendientes de Nammentos surgió de un sueño. Una madrugada me desperté con el corazón en la boca, pero en plan chachi, sabiendo que de ahí podía arrancar una historia si me atrevía. Y me atreví. Me levanté a las cuatro de la mañana y escribí en una libreta lo que había soñado para que no se me olvidara. Terminó siendo el primer capítulo de Al otro lado de la Serpiente de Obsidiana, el primer libro de la serie. Y si he dicho que me atreví es porque se trata de una fantasía. Que sí, que también es romántica y contiene
escenas de sexo explícito y con eso estoy familiarizada, pero ¿fantasía? Jamás pensé en ser capaz de escribirla; sin embargo, hoy por hoy, es del trabajo que más orgullosa me siento.
Explícame por qué deberíamos animarnos a leerlo.
Pues para empezar, porque el mundo de Nammentos está enteramente creado por mí, y no solo me refiero al mapa para que el lector pueda ubicarse en los distintos lugares, sino también a las criaturas que lo habitan, a los clanes que lo pueblan, a su panteón de dioses o a los poderes de los Descendientes; incluso la luna y el sol de esta tierra son distintos a los que conocemos. Para seguir, porque todos y cada uno de sus personajes tienen relevancia en la trama, no solo los protagonistas. Y para terminar, porque además de fantasía hay un buen montón de historias de amor, que yo soy una romántica de los pies a la cabeza y eso tiene que notarse por algún lado.
¿Eres más de papel o de ebook? ¿De autoedición o de editorial tradicional?
Leo más en digital por lo cómodo que es, pero si un libro me gusta suelo comprarlo en papel. Y leer, leo tanto a autores de editorial como a autopublicados, aunque es cierto que de un tiempo a esta parte me decanto más por los segundos, porque hay verdaderas joyas en el mundillo indie, aunque sé
que todavía hay quienes piensan que por no estar tras el sello de una editorial no merecen la pena. Ya os digo que no, que hay muchos que son para quitarse el sombrero y hacerles la ola.
¿Qué estás leyendo actualmente?
Estoy a punto de terminar Let´s wine me, de Saray Gallardo, una autora novel autopublicada que se ha currado una maravilla de historia romántica.
¿Cuáles son tus autores preferidos y qué recomendarías leer?
Uy, aquí puede que te cagues en mi estampa, porque voy a explayarme un poco, aunque podría hacerlo más. A ver, de Sarah J. Maas, ACOTAR; de Sonia R. Salvante, Vencer al miedo; de Ana Idam, Siesta para dos; de Dulce Merce, Kilómetro Cero; de Sara Halley, Chicago Cops; de Martin McCoy, Seb Damon; De Kaera Nox, Templarios; de Elena Garquin, Tuareg; de María Martínez, Palabras que nunca te dije; de Lola P. Nieva, Los tres nombres del lobo; de Calista Sweet, Arriverci Roma; de Tessa C. Martín, Y sí, te quiero; de Kate Danon, Hermanos MacGregor; de Silvia Sancho, El verano que aprendimos a volar; de Brittainy C. Cherry, la serie Los Elementos; de NQ Palm, Security Ward; de Jennifer L. Armentrout, la saga Covenant... Y ya paro, pero tengo un buen montón más que, en su momento o por según qué circunstancias de mi vida, han destacado en algo especial como para alcanzar ese nivel que los hace inolvidables.
¿Algún libro al que regresas cada cierto tiempo o te haya marcado y nos quieras contar?
Marcarme, me han marcados bastantes, y para prueba el tochaco de respuesta a la anterior pregunta, pero creo que los que más he releído son los de ACOTAR, de Sarah J. Maas.
Si tuvieras que elegir un personaje de ficción de algún libro para sentarte a charlar un rato, ¿a quién elegirías?
Sin duda a Rhysand, que es mi prota masculino preferido del mundo mundial. Y si encima se sumaran Cassian y Azriel, ya que siempre lo acompañan, el rato de charla igual se convertía en secuestro triple.
¿Existe algún libro famoso que te hubiera gustado escribir?
Muchos, la verdad. Pero como lectora que soy desde siempre, prefiero que no haya ninguno que me gustara leer y no cayera en mis manos en algún momento de mi vida.
Por último, recomiéndanos a algún autor almeriense.
Pues voy a recomendar a Angy Skay, que la descubrí hace muy poquito y me encantó su libro Tiziano.
CAPÍTULO 30
Entro en la casa poseído por los demonios bajo la atenta
mirada de Minny y Al, quienes creía eran mis amigos. Y, cuando me dispongo a
hablar, escucho a mi hija llorar. Está en el carrito y, en ese momento, sale
Fernando de su habitación. ¡Vaya! Qué grande está el hijo de Minny ¿Cuántos
años tendrá ya? –me pregunto para mis adentros.
Minny se da la vuelta y levanta las manos en señal de Stop.
-¡Un momento! – dice, casi gritando.
Mete la mano en su bolso y saca su teléfono. ¿Que irá a
hacer con el móvil? Me quedo un poco descolocado; no entiendo nada. Ella mira
el móvil cómo indecisa por lo que va a hacer. Espero que no se ponga a hablar
con sus amigas del grupo de WhatsApp: está realmente enganchada…
Escucho cómo Minny habla con una tal Inés. Le pide que
venga a recoger a sus hijos; que tiene un asunto que tratar, y que prefiere que
no estén presentes por lo que pueda pasar. Luego asiente y cuelga.
Minny nos explica que ha llamado a su mejor amiga para que
recoja a los niños y los lleve al parque para que así hablemos más tranquilos.
Asiento con la cabeza y veo como Al, con cara de disgusto,
se dirige a la cocina. Le sigo mientras Minny habla con su hijo y le explica la
situación. Espero que no le explique todo porque, sino, el niño no va a querer
dejar sola a su madre.
-¡Que pasa, tío! ¿No puedes esperar un minuto para atacar?...
Sabes que esa niña es mi hija. Deberías haber esperado para que pudiéramos
hablar esto entre los tres - le grito a Al que, me mira con cara de angustia.
-Igual que has hecho tú, ¿verdad? - me dice Al en respuesta
a mi ataque.
-¿Perdona?... Yo he ido a buscarte a tu casa y, casualmente,
no estabas. Te he llamado al móvil y no me lo has cogido. Por eso he venido
hasta aquí. Para hablar con Minny de lo sucedido y pedirle que nos sentáramos
los tres en un lugar neutral. Quiero contarle todo. Necesito que sepa toda la
verdad: quién soy, porque me presenté como Lucas, porque hemos hecho lo que
hemos hecho... Y, sobre todo, para decirle que la amo, Al. Que quiero formar
parte de su vida y de la de nuestra hija.
Veo como Al me mira con cara de desconcierto. Sé que no
sabe qué hacer. Intuyo en sus ojos un brillo especial lleno de amor,
desesperación y angustia.
-Se lo he contado todo, Leo. Todo lo que hemos hecho. Todo
lo que le hicimos a Vanessa, que está en un centro internada y que estamos muy
arrepentidos de lo que le hicimos. Que se nos fue de las manos. No sé, tío, de
verdad, Minny me importa mucho. Creo que… estoy enamorado de ella.
-¿Y qué crees que siento yo? Joder, Al, esa niña que está
ahí fuera es hija mía. Siento que si no estoy con ella… -me llevo las manos a
la cara, desesperado - ¡Dios!
El timbre de la puerta me sobresalta. ¿Quién coño será?…me
doy la vuelta y me dirijo al salón, dejando a Al en la cocina.
Cuando llego dónde están Minny y mi hija, la veo. Era esa diosa,
la que vi en el hospital. Recuerdo esos ojos...
¡¿Qué coño me pasa?!
¡Céntrate, por Dios! Estás aquí por Minny. Por Alexia.
Ellas son lo importante.
Pero no puedo quitar la vista de esos ojos azul aguamarina,
ni de su pelo color azabache que hace que sus ojos resalten en esa cara tan
dulce; por no hablar de su cuerpo, su pecho, su cintura de avispa.
Me encantaría empotrarla contra la pared y hacerle lo
impensable. Estoy pensando mil maneras de follarla. Me encantaría meterme entre
sus piernas y darle tanto placer que grite mi nombre.
Otra vez me está pasando ¡No! ¡Centrate! Minny. Alexia.
Qué expresión de serenidad, se le ve muy buena persona. Cuando
la escucho hablar algo ocurre en mi interior. Dirige su mirada hacia mí y logra
hacer que me sienta incomodo. Un cosquilleo me recorre hacia mi entrepierna.
¿Pero que me está pasando? Yo amo a Minny, mi hija, …
Noto como Minny me mira incrédula. ¿Qué estará pensando de
mí? Creo que se ha dado cuenta de algo.
Minny le da la bolsa con las cosas por si mi hija tiene
hambre o hace sus necesidades pero no consigo escuchar nada más. Sólo puedo
mirar a su amiga, ¿cómo dijo que se llamaba…?
En ese momento Al sale a saludarla. Le da dos sonoros besos
y noto como algo en mi interior se remueve. Salto encima de Al y le empujo
quitándole de su lado. Cuando me acerco para besarla mi entrepierna responde al
momento, siento de nuevo ese cosquilleo. Al tocarla noto como una descarga. Nunca
había sentido una conexión tan fuerte con alguien.
Inés se aparta como acalorada, coge rápidamente las cosas
de la niña y se va, llamando a Francisco para que las acompañe.
Me quedo traspuesto un segundo, me doy la vuelta y digo:
- ¡Tenemos que hablar!
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Me quedo mirando como Inés se marcha con mis hijos y,
cuando por fin, se mete en el ascensor, me dirijo a Lucas y le digo:
-¿Que ha pasado ahí, Lucas, o como te llames?
-No sé de qué me hablas Minny - me contesta Lucas con cara
de pocos amigos. Parece que está molesto.
-Empecemos por el principio ¿Cuál es tu verdadero nombre?
Por qué tendrás un nombre, ¿no?
-Minny, yo...
-Se llama Leo, y es mejor que no sepas nada más por ahora -
me dice Al poniendo su mano en mi hombro.
Me entra un cosquilleo en el cuerpo que me provoca un
escalofrío, el cual no le pasa desapercibido a Al, que me sonríe al
instante. Me toca la mejilla y, en ese preciso instante, me derrumbo. Tengo
ganas de llorar. Mi hijo sin su padre. Querría que mi hija al menos estuviera
con el suyo, pero es que... Lo que siento por Al es único, es mágico. Cuando
él me toca noto como mi cuerpo se estremece. Deseo que esté dentro de mí. No
puedo evitar pensar en anoche, en cómo me hacía el amor. Fue perfecto.
De reojo veo como Lucas… digo Leo, nos mira. Pero esta vez
no lo hace con resentimiento. Creo incluso ver que está adivinando lo que estoy
pensando.
-¡Chicos! - Dice Leo. -No sé cómo, pero acabo de tener una
visión, un Déjà vu o lo que sea. Vosotros tenéis que estar juntos. Es un
hecho. No voy a entrometerme. Eso sí, mi hija...
Me acerco a Leo y le abrazo.
-Podrás ver a tu hija siempre que quieras. Eso no lo dudes
nunca.
El responde acariciándome la espalda con dulzura.
Sus caricias me hacen sentir algo especial, pero no es ni
por asomo lo que siento con Al. Aun así estoy un poco decepcionada por lo
fácilmente que ha decidido retirarse. No hay quien me entienda.
Tampoco sé si estoy haciendo lo correcto pensando en
quedarme con Al. Me gustaría que al menos mi hija creciera con su padre en
casa, como una familia. Justo lo que nunca tuvo Francisco.
Me aparto de Leo. Los miro a los dos a punto de llorar
cuando suena mi teléfono. Lo cojo es Inés.
-¿Dime, Inés? –Escucho lo que me dice perpleja, sin creer
lo que me está contando. -¿Quéeeeeee? ¿Cuándo? -Cayendo de bruces al suelo. Al
y Leo me miran sin entender nada.
En ese instante rompo a llorar.
- ¡No puede estar
pasando esto! -grito desconsolada.
Al se me acerca, cogiéndome en brazos y llevándome al sofá.
-Minny -dice Al susurrándome al oído -Tranquilízate y
cuéntanos qué ha pasado.
Cojo el vaso de agua que me ofrece Leo y, temblando, les
digo:
- ¡Han secuestrado a mis hijos!
- Pero... ¿Qué?, ¿Quién? -Dice Leo, con la cara
descompuesta.
-¿Quién te ha llamado?, ¿Inés…? -pregunta Al con mucha calma
Asiento con la cabeza, mientras bebo el agua sin dejar de
llorar. Incrédula por la pasividad con la que Al se dirige a mí.
-Vale, tranquila. Cuéntame que te ha dicho. -dice Al con
tanta calma que me está poniendo más nerviosa aún.
-¡Parece que te de igual!, ¡Por Dios, han secuestrado a mis
hijos! ¿No te importa? -le grito a Al descargando mi ira sobre él.
-¡Minny! -me dice Al bastante alterado- ¡Alguien
tiene que mantener la calma! ¿Has mirado a Leo? ¡Creo que está en shock!
-Dice señalando y mirando a Leo, el cual se ha quedado inmóvil. Mirándonos.
No tiene expresión en los ojos. Parece que ha visto un fantasma.
Se vuelve hacia mí y me pregunta de nuevo.
-¿Ha podido ver Inés quien ha podido ser?
Asiento con la cabeza y, temblando, digo:
- ¡Sebas y una chica morena rellena en silicona que iba con
él!
-No pensarás que es, Vanessa, ¿verdad?
Rompo a llorar de nuevo. Al me abraza y me dice Al
oído.
-Tranquila todo saldrá bien. Te lo prometo.