Capítulo 20. Al y Minny

 

Me despierto sobresaltada, confundida, miro a mi alrededor y todo es diferente, tan diferente, como que Al sigue durmiendo tan ricamente a mi lado.

Busco mi móvil, que sabe Dios donde estará, lo más probable es que ande entre las sabanas, ahí se debió de quedar anoche antes de dormir, cuando estuvimos haciéndonos unos selfies. Lo mejor de todo es que tengo un surtidito de fotos para enviar a las envidiosas de mis súper amigas.


Palpo con cuidado bajo las sabanas, y me estremezco cuando mis manos se acercan a mi bombero, y puedo apreciar que su miembro sigue dando la talla hasta en el momento descanso del guerrero. Me muerdo el labio y noto calor en mi interior, sé que si continúo con este hombre mi grado de excitación nunca bajara de niveles elevados.

Por fin lo encuentro, me siento pícara, y sin pensarlo dos veces, clic-clac, foto que te crio a la manguera. Madre mía, si se entera pensara que soy una perturbada.

Miro la hora y alucino, son las 3 de la madrugada y estoy más espabilada que una morsa después de haber dormido el invierno entero. Me levanto con cuidado, me pongo la camiseta de Al, y salgo descalza a la cocina me apetece dulce. Necesito dulce, mataría por comer dulce…

¡Horrorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr! ¡Alertaaaa!! ¡¡Qué venga la policía!! ¡¡¡Que vengan los bomberos!!! No, mejor los bomberos no.

La última vez que mi cuerpo sintió esa sensación de horror fue hace ocho años. Sacudo mi cabeza, como si mi intención fuera la de que no quedara piojo vivo en ella, instintivamente llevo la mano a mi tripa. Respiro hondo y comienzo a abrir desesperada los armarios de la cocina. No puede ser, no puede ser, ¿pero es que este hombre no come nada de dulce?

Es tal mi desesperación que no lo pienso dos veces, tal como voy busco mi bolso cojo mis llaves y móvil en mano, nunca me desprendo de él, y así me voy a mi casa.  Lo más correcto sería decir que me arrastro a mi casa, desesperada. Abro la puerta, corro al armario de arriba del horno y allí esta, esperándome, mi gran bote de Nocilla, me empino para cogerlo y me dejo caer al suelo, un placer inunda mi ser, es casi orgásmico lo que siento cuando mi dedo se introduce en el tarro y sale todo lleno de crema  para introducirse en mis labios deseosos y dejar que mi lengua lo rodee lo saboreé… Minny como puede ser que estés poniéndote cachonda.

Claro, que pensándolo bien, cierta manguera llena de Nocilla sería la merienda de los campeones.

Me zampo medio tarro y no dejo de pensar en la posibilidad de que me hubiera quedado embarazada, si es que no sé cómo se me ocurre, si yo soy como una coneja, que de olerlo me preño, pero nada, que no aprendo. En fin, son paranoias mías, en unas horas puede ser que sienta ya nada.

Me voy al sofá, porque aunque son las cuatro de la mañana, yo sigo despejada y no puedo volver con Al porque en mi huida en busca de chocolate cerré la puerta sin coger las llaves.

Como no puedo dormir cojo mi tablet  y me conecto al face. La hora que es mis locas españolas dormirán pero mis locas del otro lado del charco seguro andan ya por estos lares. Cuando entro en mi perfil me sorprende un aviso de una solicitud de amistad. Mi sorpresa es mayúscula cuando descubro que cierta invitación la realiza  Lucas.

Suelto la Tablet mientras pienso, y me voy a por más chocolate, lo necesito en cantidades industriales. Ahora ataco el tarro de los Lacasitos.

No me creo que esto me este pasando, llevo ocho putos años comiéndome los mocos, ligando menos que mi tía la del pueblo que se quedó solterona. Encontrar alguien digno para darle alegría a mi almejita era misión imposible, por eso mi Alegreitor y yo habíamos intimado tanto.  Y ahora, de repente, tengo dos pedazos de bomberos a mi disposición, y yo me siento como una niña en una juguetería a la que le preguntan qué quieres ¿el descapotable de la Barbie o la casa de la barbie? Joder y no me puedo llevar los dos.

¿Qué hago? Si le acepto la amistad le estoy abriendo un camino hacia ese lugar llamado posibilidad. Y si  rechazo la amistad, pues me cierro una puerta que no estoy segura de querer cerrar.

Joder Minny como te complicas rica, lo mejor será que intentes dormir.

Me meto en mi cama, me lio a dar vueltas y no consigo que Morfeo me abrace. Cierro los ojos y veo a Al, tocándome, acariciándome. Los cierro de nuevo y veo a Lucas, con su ternura, y ese cosquilleo que me provoca con solo mirarme.

De pronto recuerdo la predicción. “Deberás elegir entre dos hombres”.

Me incorporo sudando, ahora sí que estás jodida Minny.

Me voy a la ducha, intento olvidar, pero no puedo mi mente piensa sola no me necesita. Pienso en Al y me estremezco, pienso en Lucas y lo necesito. ¿Es posible enamorarse de dos hombres a la vez? La culpa la tiene Al, si no hubiera metido a su amigo en el jueguecito nada de esto estaría pasando. Pero claro cada vez que pienso en Lucas mis ganas por él aumentan.

Joder, joder, joder.

Me seco me pongo mi batita del Primark  y vuelvo a coger la tablet. Abro de nuevo el Face y miro en el perfil del Lucas. ¡Vaya como está el bombero! Joder, y esas frases que pone me gustan un montón, y de momento veo un post que llama mi atención, es como una reflexión.

“Buenas noches, compartirte fue un error, enamorarme mi perdición.”

Lo leo y lo releo, miro la fecha y cuento mentalmente. Está escrito la misma noche en la que me beso. Siento una oleada de ternura en mi interior y aun sabiendo que me voy a complicar la vida, acepto su solicitud.

Ale, ya está hecho, a lo hecho pecho, que sea lo que Dios quiera. Sigo contestando post de mis amigas en mis grupos preferidos, y de momento se me abre la pantalla de Messenger.

¿Aun despierta?

Yo podría preguntar lo mismo.

Hace días que no puedo dormir

¿Y se puede saber que te quita el sueño?

¿Enserio no lo sabes?

O prefieres no saberlo.

 

 

Me quedo pensando en la contestación. Saberlo lo sé, sé lo que le quita el sueño y por un lado me hace sentir especial, maravillosa. Pero por otro lado no quiero saberlo, no quiero que esto me este pasando a mí. Mi ausencia de respuesta hace que Lucas vuelva a escribir.

¿Tanto tienes que pensar?

Ese es el problema

Minny, yo……….

Lucas en otro momento

Y automáticamente cierro la tablet, asustada de lo que estoy llegando a sentir.

Mi teléfono suena, miro la hora y son las 7 de la mañana. Leo en la pantalla número desconocido. Con manos temblorosas deslizo el dedo por la pantalla. Trago saliva pues apenas si consigo me salga un hilo de voz.  A esas horas no suelen ser buenas noticias.

—¿Si? — contesto con miedo, sensación que se incrementa cuando escucho al de quien proviene la llamada.

—De verdad ¿estás tan asustada? — Dice la voz de Lucas, una voz varonil que hace que las mariposas de mi estómago se vuelvan a activar.

—_¿Có…có… cómo sabes mi número?  — tartamudeo.

—Muy fácil, lo pillé prestado del móvil de Al.

El silencio se hizo espeso e incómodo entre los dos. De nuevo trague saliva nerviosa, a sabiendas de que por mucho me quisiera auto convencerme, este hombre despertaba en mí una clase de sentimientos más allá de la mera humedad en mi entrepierna.

—Te dije que no es momento, Lucas yo…

—Minny sé esperar, por ti lo haría pero necesito que mientras espero sepas que para mí eres algo más.  Que compartirte con Al, me mató, que mis celos me hacían moverme con desesperación. Que el no poder tomar tu boca me torturó y que tener que abandonar esa habitación sintiéndome el actor secundario me hizo darme cuenta que no eras un juego para mí. Al es mi amigo, pero es egoísta y no se merece alguien como tú. Por favor pequeña dame una sola oportunidad de demostrarte antes de que tengas que elegir.

Me cago en mi puta sombra,  si esto no es una declaración de amor, que venga Gandy y me morree ahora mismo.

Joder pero que está pasando, seguro que toda la culpa la tiene el dichoso tanga rojo de primark estaría embrujado y yo sin saberlo.

—No sé qué decir Lucas, yo estoy aturdida. No estoy acostumbrada, estas situaciones solo las vivo en la ficción.

—Pues no digas nada, di solo que aceptas cenar conmigo, conocerme. Deja que el destino haga el resto. Él nos unió que él nos separe, si es lo que tiene preparado.

Me pellizco dos veces en la entrepierna, para asegurarme de que no estoy durmiendo, y no, no lo estoy porque me hice pupa.

—Bueno pero ¿qué pasa con Al?

—Con Al,  mejor que no lo sepa.

Cuando voy a contestar me entra una nueva llamada. Joder, el que faltaba, Al llamándome, si mi destino es siempre hacer un trio con estos dos.

—Está bien Lucas, mañana quedamos por el face. Te dejo tengo otra llamada.

—Pequeña, no te arrepentirás.

Eso espero, me digo para mis adentros al tiempo que acepto la llamada entrante.

— ¿Se puede saber dónde coño te has metido? — Suelta la frase con prepotencia y enfado. ¿Pero qué les pasa a los hombres que en cuanto te creen suyas ya te tratan como les da la gana?

—Buenos días, yo también te extraño. Joder, ¿dónde voy a estar? En mi casa.

Noto como Al carraspea, y su tono cambia inmediatamente. Eso no me gusta, me hace sospechar.

— ¿En tu casa? Pensé que la mía te gustaba más – dijo con un tono de voz esta vez más meloso y diferente.

—Ahora voy y te cuento.

Cuando estoy a punto de salir suena el telefonillo.

—Dígame.

—Traigo un certificado.

Mi cuerpo tiembla de pies a cabeza. Los certificados siempre traen malas noticias.

Cuando llega el cartero abro la puerta, no es un tío como para que solo llame dos veces, este mejor una y que se vaya, deberían revisar un poco el cuerpo de correos.  Me sonrío para mí misma, me hace gracia mi propio pensamiento, pero esa sonrisa se me paraliza cuando firmo y abro el sobre.


Capítulo de Chary Ca

No hay comentarios:

Publicar un comentario

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ♥ El Rincón de Xulita Minny | 5 de enero 2015