Capítulo 13 y 14 de El vecino de Al lado

 

Me estoy curando el arañazo que me ha hecho esa gata, no puedo creer que esto me esté pasando a mí, es muy surrealista. Cojo mi móvil y le escribo a las chicas del Whatsapp. Tengo que compartir con ellas lo sucedido. ¿Más de ocho mil mensajes? No me voy a parar a leerlos, lo mío es una tragedia que merece ser compartida.

¿Sabéis a quién la ha atacado una ex celosa y sociópata antes del desayuno?

¡Pues si, a Moi!

Encarni: ¿Estás bien? ¿Te hizo daño?

Fue horrible, jamás esperé que me pasara algo así.

Dacar: ¿Quién fue esa loca? ¿A quién tenemos que matar? (puño)

Lorena: ¿Qué ha pasado Minny? ¿Te encuentras bien?

Noa: Cuenta bien, Minny, ¿Qué te ha sucedido?

Quería sorprender a Al después de una noche fabulosa con un súper desayuno en la cama. Bajé a comprar y vino esa loca y me arrastró como si quisiera fregar el suelo conmigo en el intento. Hemos montado un espectáculo teniendo a mis vecinos de testigos oculares, y un flipado grabando con el móvil ya ha de ser el vídeo viral de la semana en Youtube

¡Estoy muy indignada!

(Caritas llorando)

Emi: ¡Madre del amor hermoso! (carita de horror)

Carmen: ¡Qué horror Minny! ¿Pero no te hizo daño?

Me ha dejado un señor arañazo, pero no veáis cómo la dejé yo, poco me faltó para arrancarle las extensiones y desinflarle los flotadores que tiene por pechos (caritas de diablito). Esta tía tiene más plástico que envase de tupperware.

Bea: ¿Qué ha dicho Al?

Dacar: Sí, eso, ¿qué ha dicho él?

Encarni: Supongo que te ha defendido de las garras de esa arpía.

No, no se enteró de nada, nos separó su compañero bombero que vino a casa la noche que se activaron los aspersores anti incendios.

Nora: Minny, que mal trago, pero ¿qué te dijo después Al?

Aún no he hablado con él, no sé qué decirle. Me jode estar en esta situación, pero sé que él no tiene la culpa de que esa loca esté obsesionada. Sin embargo, me siento histérica con él.

Paula V: Claro, hija, es comprensible, debes de hablar con él.

Lo sé, os dejo. Gracias por todo, necesitaba compartirlo o estallaba

Besos

 

Me voy directa a la ducha, no me quiero quitar su olor. Me abrazo a su camiseta que aún lo conserva, ¿Por qué tienen que complicarse las cosas?

 

Tengo un mensaje de voz. Es Al; me ha llamado mientras me encontraba en la ducha.

“Nena lo siento mucho, de verdad, qué mal trago has pasado por culpa de esa loca. Lucas me ha contado que te hizo daño, espero que no sea nada grave, he pasado por tu casa y no contestabas y tenía que correr al parque. Hoy doblo turno para mañana tenerlo libre por mi cumple, prometo compensarte. Besos y por favor no estés enojada conmigo. No lo soportaría”.

Me he derretido, su voz suena realmente angustiada, esta situación nos supera. Me olvido de todo, es su cumple, y, mierda, que es mañana, solo tengo veinticuatro horas.

Se me ocurren mil ideas de camino al Primark. Compro todo lo necesario y me paso por el sexshop de Valeria, invierto un poco de mis ahorrillos pero vale la pena. Por él, todo. Es un buen artilugio que estoy segura que le sorprenderá gratamente. Saliendo de la tienda, me topo con una gitana que me quiere leer la mano.

––Por un euro te leo el futuro, ¿te animas a saber lo que las parcas han preparado para ti? ––me dice sonriendo––. Dame tu mano, no pierdes nada.

Lo pienso, es verdad no pierdo nada.

––Pero dime solo lo bueno, no quiero saber nada malo ––le advierto entregándole la mano derecha.

––No, dame la izquierda que lleva el futuro, la derecha marca el pasado. ––Me coge la muñeca y empieza a seguir las líneas––. Tienes suerte, no veo nada negativo en tu futuro, pero te advierto que tienes una morena echándote mal de ojo, ten cuidado con ella.

«O esta tía de verdad lee el futuro o es una excelente cuentista»

––Veo una decisión de la cual depende tu futuro en el amor. Si sabes escoger, estarás con el amor de tu vida, hombre al que veo ya has conocido, si no, envejecerás sola.

Me suelta la mano, no asimilo lo que me ha dicho y le entrego el euro.

––Guapa, tienes que pensar bien antes de decidir. ––Y se marcha.

No salgo de mi asombro, pero ¿qué hago yo creyéndole a una gitana?, seguro es lo que le dice a todas las personas incautas que caen en sus manos.

 

Fran va a pasar el fin de semana en un campamento con la banda musical. Mi niño es todo un prodigio de los instrumentos de cuerdas, qué orgullosa me siento de él. Continuo ultimando los detalles. He colocado la sorpresa en el dormitorio y no se lo he contado a las chicas del grupo; primero quiero probarlo, cuando lo sepan sé que fliparán, llevo todo el día de manitas en casa.

Tengo todo listo: una reserva a las nueve en un restaurante muy chic, recomendación de Valeria, que me dijo que preparan comida muy afrodisiaca.

A las ocho en punto llega Al, guapísimo, con unos pantalones color beige, una camisa blanca ibicenca desabotonada dejando parte de su pecho al descubierto. Dios, que me lo como enterito. Salto a su cuello.

––¡Feliz cumpleaños! Pero qué calladito te lo tenías, no me has dado mucho tiempo pero te tengo una sorpresa ––le digo besándolo apasionadamente.

––Nena, tenemos que hablar ––me dice muy serio. Seguramente me hablara de Vanessa.

––Chist, tranquilo, no hablemos de cosas feas o ex celosas. ––No me espero más y lo llevo directo al dormitorio, abro la puerta y me giro para ver su expresión.

––Minny, guau, esto es… estoy sin palabras… es perfecto. ––En mitad de mi dormitorio cuelga un columpio del amor––. Nena ––me besa––, en serio, tenemos que hablar. ––Tocan a la puerta––. Escúchame, esto lo haremos solo si tú lo quieres.

Se dirige a abrir y me encuentro a Lucas con una botella de champagne en la mano.


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¿Hablar? No sé qué significa, pero cada vez que uno de mis ex ha pronunciado esa palabra, al día siguiente yo estaba en la cama rodeada de kleenex.

―¿Qué hace Lucas aquí? ―pregunto intrigada y, con suerte, desviar el tema.

―Nena, de eso quería hablar contigo ―responde poniendo cara de niño travieso.

Desvío la mirada y Lucas no se queda atrás. ¡Ay, madre! Estos dos hombres son un auténtico pecado. ¿Es necesario que siempre parezcan preparados para matar? Igual soy yo, es muy posible que mi subconsciente me juegue malas pasadas. Porque mi mente y mi cuerpo reaccionan siempre igual con estos dos bomberazos ¡Ardor! Siempre ardo al verlos.

Al me coge de la mano y me lleva al dormitorio de nuevo. Mientras nos dirigimos al que se ha convertido en mi habitación del deseo, le dirige unas palabras a Lucas:

―Danos un minuto.

Una vez dentro, mientras el muy ladino, con una de sus manos me acaricia la espalda, con la otra roza las tiras del juguetito sexual, de arriba a abajo, sin dejar de mirarme a los ojos.

―Verás, no sé muy bien cómo vas a reaccionar a mi proposición ―dice con voz ronca. Eso sí, sin dejar de tocarme, para despistarme supongo.

―¿Qué tipo de proposición? ―preguntó atontada, ya que su mano hábil ya está rozando mi trasero.

―Nena, me gustaría cumplir una de mis mayores fantasías… ―suspira―. Me encantaría hacer un trío en la cama.

¡¿Qué?! ¿Me está proponiendo montármelo con Lucas y él? ¿Y eso es una de sus fantasías? Debe estar de coña, porque más bien se acaba de meter en mi cerebro, donde ya estoy mojada, sudada y follada por estos dos.

―Espera, espera ―tengo que asimilar este notición―. Quieres que Lucas, tú y yo…

Me acalla con un beso, no uno cualquiera, con esa clase de beso que su lengua juega en tu boca proporcionándote mucho, mucho, pero que mucho placer.

―Solo si tú quieres. Nena, no te sientas obligada, por nada del mundo quiero hacerte sentir violenta o…

―¡Violenta me voy a poner si no cumples ahora tu fantasía! ―digo sin reparos. Oye, que no puede ponerle a una a mil, con cien pensamientos impuros y dejarla con la miel en los labios ¡Vamos, digo yo!

Al, sin dejar de tocarme, con la otra mano abre la puerta del dormitorio.

―Lucas, colega, ven aquí.

Nada más entrar ya estoy fantaseando. No voy a mentir, había soñado muchas veces con un momentazo como este. Claro que, los protas eran David Gandy y Leo Rico, otro bomberazo. ¡Ja!

¡Madre mía, madre mía, madre míaaaaaaaaa! Joe, es que no me ha dado ni tiempo. Mientras intentaba asimilar la situación, Al me ha dejado desnuda ¡Qué calor!

―Su boca es mía ―dice Al justo antes de volverme loca con otro de sus besos―. Todo lo demás podemos compartirlo.

Lucas no pone pegas, se sitúa justo a mi espalda y sus brazos me envuelven para masajear mis pechos. ¡Uff, ardo! Al final tendrán que venir más compañeros, porque aquí acaba ardiendo Troya.

No soy una persona egoísta, así que mientras me dejo tocar por estos dos hombres ¡Qué hombres, aissss! Voy desnudando a Al. Cuando ya está completamente desnudo, me doy la vuelta y me topo con la mirada más lasciva de toda mi vida ¡Joder con Lucas!, aunque me viene una pregunta a la mente: ¿Por qué no puedo besar a Lucas? Os juro que sus labios son muy apetecibles. Nadie me ha preguntado si yo quiero o no hacerlo.

―¿Te gusta lo que ves? ―pregunta Lucas con una voz muy erótica.

―Ya lo creo que me gusta ―respondo sincera y con la vista fijada en su miembro viril.

¡Calor, calor y más calor! Estoy tentada en salir corriendo por mi móvil. Mis amigas no se van a creer que tengo justo delante la polla más apetecible del planeta. Y yo que pensaba que la de Al era única y especial.

¿Y si me arriesgo a besarle? Sí, es una buena idea, me apetece mucho probar esos labios. Aunque ahora mismo mi boca está deseosa de probar otra cosa.

¡Joder, joder! Acabo de recordar a la gitana que me leyó la mano «veo una decisión de la cual depende tu futuro en el amor, si sabes escoger estarás con el amor de tu vida, hombre al que veo ya has conocido, sino envejecerás sola». ¿Será la decisión, el besar los labios de Lucas? ¿Tanto podría molestar a Al que yo besara otros labios?

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©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ♥ El Rincón de Xulita Minny | 5 de enero 2015