El vecino de Al lado. Capítulo 2

 

Siento los chasquidos de algo y cómo pasa una palma de arriba a abajo por la visión de la puerta que se acaba de cerrar, pero aún mis neuronas están pensando en lo que ha ocurrido, lo que he dicho, lo que he pensado y, sobre todo, lo que mi mente ha imaginado.

No estoy mojada por haber visto a un tío medio en pelotas, que poca gracia me hacía a mí que tuviera esa toalla, ya podía haber sido menos precavido para abrir la puerta. Pero bueno, que lo que se veía del cuerpo, un 95%, era ya bastante para poner a cualquiera como me encuentro yo ahora.

— ¡Minny, por Dios, reacciona! —me grita Inés ya zarandeándome con poca delicadeza. Hay que ver, tener amigas para esto, que no te dejan tener tu propio orgasmo mental después de ver a semejante semental... Anda, mira, si hasta me ha salido un pareado. Esto no pasa cuando veo a otros hombres. No si me da que Al, me va a culturizar y todo.

—Portento... —logro mascullar esbozando una sonrisota que no sé yo si se verá como imagino o más bien como las que salen en los dibujos animados y después cae de la boca una tonelada de babas... Si me lo estoy imaginando y todo...

—Sí, sí, pero como esté mirando, te tacha de loca para arriba —me dice Inés y logra que me reponga. Sólo un poco. Un cachito chiquitito—. Anda, ¿has comprado en Primark? Oye, esto es genial, ¿cuánto te ha costado? A lo mejor me vale, ¿había más? ¿Y esto? ¡Hey, estas son preciosas! ¿Me las puedo quedar?

Ya estamos. Yo voy a Primark, me desespero y tiro de los pelos porque he tenido que estar esperando la cola —menos mal que tenía al grupo de WhatsApp que si no hubiera acabado incendiando el edificio por tanta espera— y ahora la señora se quiere quedar con ropa. Pues no, me niego. Ya le traigo un par de cositas por haberse quedado con mi niño como para que me vaya a quitar... ¿qué es lo que quiere?

Me giro para ver que tiene en las manos el tanga que Al había cogido antes y con el que le había salido con esa respuesta que lo dejara traspuesto. Como si algo se hubiera apoderado de mí, algo oscuro y malévolo, me abalanzo sobre ella y se lo quito abrazándolo con fuerza.

—Es mío… —Joder, si es que ha salido como si fuera Gollum. Ni que fuera un anillo de oro. Pero es que lo ha tocado Al y puede ser mi billete para acercarme de nuevo a él y decirle si quiere verlo puesto, como le propuse... Ay, Minny, que te pierdes...

—Que mala amiga eres —refunfuña Inés cogiendo el resto de bolsas y yendo hacia el apartamento. Yo la sigo, pero a cierta distancia, no vaya a ser que se le ocurra empezar una pelea y quiera arrebatarme “mi tesoro”... No si al final voy a ser Gollum dos... Ya me veo, ya...

*****

Han pasado tres días ya, desde que pude ver a Al y hasta ahora nada. En serio, la verdad es que ya no sé si hacer como que me he quedado sin azúcar y presentarme con poca ropa para ver si hay temita... Que una no es de piedra cuando está delante de él. Y encima ha empezado a acosarme en los sueños. Me lo imagino a él, con esa toalla y su manguera, bueno, la de los bomberos, aunque la otra también la tendrá, por supuesto, cómo no iba a tenerla, de hecho ya se le intuía en la toalla y en mis fantasías está tan bien dotado que...

No si como siga así al final voy a parecer una gata en celo. Si ya lo dicen en el grupo, que estoy obsesionada... Por cierto... que hace diez minutos que no he entrado, ¿qué se cocerá por ahí?

Le doy al botoncito del móvil y clico en el WhatsApp... ¡Madre del amor hermoso! ¿¡120 mensajes!? ¿Qué ha pasado ahí? ¡Ha habido aforo máximo o algo!

Diez minutos... Os dejo 10 minutos y habéis bombardeado. ¿Qué ha pasado? ¿Tema caliente? ¿El bombero?

Lorena Lopez: Jajajaja ese, ese, que ha pasado por aquí.

Alma Gulop: Tú y tus cosas... Ponte a leer lo que hemos dicho.

Para leer estoy yo, que ando en pleno proceso de: a)ir a la casa de Al a preguntarle si tiene azúcar y después tirármelo; b) ir a casa de Al a tirármelo directamente; y c) quedarme quietecita donde estoy.

Carmen: La a!!!!

Gemita: B!!!

Silvia: B!!!

Estefanya: B!!!

Iris: B!!!

Connie: B!!!

Loles: B!!!

Kayla: A y B!!! jajajaja

Anda que ayudáis... Además, que ando ahora mismo con el pijama de Primark, que ni ganas he tenido de cambiarme y no es cuestión de ir así. Primero tendría que ducharme, maquillarme, ponerme mi mejor lencería.

Lorena: Sí, la de Primark jajajajajaja

Efectivamente...

Loles: Estáis locas...

Alma: Y a mucha honra :P

Os dejo, que voy a ver si me ducho.

Kayla: ¿Para ir a por Al? ¡Bien pensado!

Jajajajaja, no si con amigas como vosotras las decisiones se toman fáciles.

Gemita: ¡¡Luego nos cuentas!! No te lo vayas a guardar todo para ti. Y si se queda frito le haces una foto, manguera incluida.

Connie: O///O ¿Otra foto para borrar?

Lorena: O para esos momentos de intimidad, para que nos acompañe.

Loles: Jajajaja

Kayla: jajajaja

Valeria: jajajajaja aquí se pasa de un tema a otro.

Chloe: ¡Y qué tema!

Iris: ¡¡A ver quién es capaz de ganarnos, somos multitema!!

Anda, anda... Si puedo os saco una foto de él. Ya veréis como babeáis. Eso si encontráis el cerebro cuando los ojos conecten con la imagen.

Chloe: ¡¡¡SÍIII!!!

Pongo los ojos en blanco y desconecto. Conociéndolas cuando salga de la ducha me voy a encontrar con más de cien mensajes.

En fin, es hora de desperezarme un rato, que ya llevo mucho en el sofá y no he hecho nada de nada y no es cuestión. Que al menos me gusta tener la casa arregladita y cuando llegue Francisco, después tocará ayudarle con los deberes y lidiar con él para que se bañe. Así que mejor lo hago yo antes y así puedo relajarme una hora o dos.

Voy al baño y me desnudo accionando los grifos para que se llene un poquito la bañera. Me apetece estar ahí un rato. Dejo el móvil fuera, soy capaz de ponerme de nuevo a charlar con el grupo y el agua se vuelve fría y pillo un resfriado.

Entro a la habitación y agarro la bata que tengo. No es que vaya a tapar mucho pero al menos me servirá para no ir desnuda por toda la casa. Es de Primark, cómo no, pero tiene un poquito de elegancia porque es en color rosa pálido y un tejido parecido a la seda. Me queda genial y me gusta lucirla. Me llega por encima de las rodillas y me hace sentir sexy.

Una vez de nuevo en el cuarto, la dejo sobre el mueble y me meto dentro del agua que está... Qué gusto, Dios mío... Que ahora no me moleste nadie... ¡Mierda! Saco el pie, que era lo que acababa de meter, me pongo las zapatillas y voy hasta la cocina. La comida está sin hacer así que por lo menos tengo que adelantar algo. Sí, mejor cojo, pongo un despertador en el baño y mientras que se vaya pochando la cebolla.

Parece que me ha poseído alguien por cómo pelo y pico la cebolla mientras el aceite se calienta. La echo cuando está en su punto y la pongo a fuego bajo para que me dé tiempo a disfrutar a mí, aunque sea un rato. Con suerte media hora.

De camino a mi paraíso soñado voy colocando la alarma en el móvil —si es que no puedo despegarme de él— y lo dejo en un sitio donde no lo alcance para disfrutar de mi momento. Dulce agua, dulce relax...

*****

¡¡Quince minutos!! ¡¿Qué cuernos he hecho para que no me merezca un poco de tranquilidad antes de que llegue Francisco!? ¿Y por qué tienen que aporrear y llamar al timbre con esa insistencia? ¿Qué pasa, que tiene que haber alguien sí o sí en la casa?

Salgo del baño, me pongo la bata aún goteando y abro la puerta para escuchar cómo derriban la de la entrada. ¡A que van a entrar ladrones estando yo dentro!

— ¡Minny! —Anda, si hasta saben mi nombre.

Ante mí aparece la figura de mis sueños, ese dios hecho cuerpo... ¿o era cuerpo hecho dios?

Lo veo mirarme y girarse hacia la cocina de la que sale un humo negro y un olor verdaderamente desagradable. ¿Qué habrá pasado?

Abro los ojos tanto como me lo permite mi anatomía y lo sigue la boca. ¡La cebolla! Si había puesto la alarma para que me avisara... Media hora, no podía haber... Miro el reloj del salón y veo que me he tirado en el baño más de una hora. ¿Y la alarma? A saber qué ha pasado con ella...

Cuando por fin mis pies me responden me encamino hasta el mismo lugar donde Al está. Se afana por apartar la sartén, que ha pasado a mejor vida, a abrir la ventana y, no sé cómo ha dado con ella, pero anda esparciendo harina por donde se calcina la cebolla que hasta ha llegado a prender fuego.

Sólo cuando queda satisfecho de que no va a pasar nada más grave de lo que podría haber ocurrido, me mira, su cara con manchas blancas.

—¿Estás bien?

—Sí... Yo... no pensé que se haría antes de que saliera de la ducha. —Ni loca le digo que se me ha ido el santo al cielo—. Gracias, me has salvado la vida.

Lo veo mirándome de arriba a abajo y de nuevo arriba donde nuestros ojos se mezclan y... ¡¡¡¡Me está besando!!!!

No sé cómo ha pasado pero me encuentro entre sus brazos, nuestras bocas unidas, su lengua dentro de la mía como si hubiera irrumpido igual que cuando ha destrozado la puerta para entrar en casa... Ay que me desmayo, ay que me da algo... Que encima no tengo ropa interior... ¡¡Ni ropa, ahora que lo pienso!!


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©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ♥ El Rincón de Xulita Minny | 5 de enero 2015