Siento
los chasquidos de algo y cómo pasa una palma de arriba a abajo por la visión de
la puerta que se acaba de cerrar, pero aún mis neuronas están pensando en lo
que ha ocurrido, lo que he dicho, lo que he pensado y, sobre todo, lo que mi
mente ha imaginado.
No
estoy mojada por haber visto a un tío medio en pelotas, que poca gracia me
hacía a mí que tuviera esa toalla, ya podía haber sido menos precavido para
abrir la puerta. Pero bueno, que lo que se veía del cuerpo, un 95%, era ya
bastante para poner a cualquiera como me encuentro yo ahora.
— ¡Minny,
por Dios, reacciona! —me grita Inés ya zarandeándome con poca delicadeza. Hay
que ver, tener amigas para esto, que no te dejan tener tu propio orgasmo mental
después de ver a semejante semental... Anda, mira, si hasta me ha salido un
pareado. Esto no pasa cuando veo a otros hombres. No si me da que Al, me va a
culturizar y todo.
—Portento...
—logro mascullar esbozando una sonrisota que no sé yo si se verá como imagino o
más bien como las que salen en los dibujos animados y después cae de la boca
una tonelada de babas... Si me lo estoy imaginando y todo...
—Sí,
sí, pero como esté mirando, te tacha de loca para arriba —me dice Inés y logra
que me reponga. Sólo un poco. Un cachito chiquitito—. Anda, ¿has comprado en
Primark? Oye, esto es genial, ¿cuánto te ha costado? A lo mejor me vale, ¿había
más? ¿Y esto? ¡Hey, estas son preciosas! ¿Me las puedo quedar?
Ya
estamos. Yo voy a Primark, me desespero y tiro de los pelos porque he tenido
que estar esperando la cola —menos mal que tenía al grupo de WhatsApp que si no
hubiera acabado incendiando el edificio por tanta espera— y ahora la señora se
quiere quedar con ropa. Pues no, me niego. Ya le traigo un par de cositas por
haberse quedado con mi niño como para que me vaya a quitar... ¿qué es lo que
quiere?
Me
giro para ver que tiene en las manos el tanga que Al había cogido antes y con
el que le había salido con esa respuesta que lo dejara traspuesto. Como si algo
se hubiera apoderado de mí, algo oscuro y malévolo, me abalanzo sobre ella y se
lo quito abrazándolo con fuerza.
—Es
mío… —Joder, si es que ha salido como si fuera Gollum. Ni que fuera un anillo
de oro. Pero es que lo ha tocado Al y puede ser mi billete para acercarme de
nuevo a él y decirle si quiere verlo puesto, como le propuse... Ay, Minny, que
te pierdes...
—Que
mala amiga eres —refunfuña Inés cogiendo el resto de bolsas y yendo hacia el
apartamento. Yo la sigo, pero a cierta distancia, no vaya a ser que se le
ocurra empezar una pelea y quiera arrebatarme “mi tesoro”... No si al final voy
a ser Gollum dos... Ya me veo, ya...
*****
Han
pasado tres días ya, desde que pude ver a Al y hasta ahora nada. En serio, la
verdad es que ya no sé si hacer como que me he quedado sin azúcar y presentarme
con poca ropa para ver si hay temita... Que una no es de piedra cuando está
delante de él. Y encima ha empezado a acosarme en los sueños. Me lo imagino a
él, con esa toalla y su manguera, bueno, la de los bomberos, aunque la otra
también la tendrá, por supuesto, cómo no iba a tenerla, de hecho ya se le
intuía en la toalla y en mis fantasías está tan bien dotado que...
No si
como siga así al final voy a parecer una gata en celo. Si ya lo dicen en el
grupo, que estoy obsesionada... Por cierto... que hace diez minutos que no he
entrado, ¿qué se cocerá por ahí?
Le
doy al botoncito del móvil y clico en el WhatsApp... ¡Madre del amor hermoso!
¿¡120 mensajes!? ¿Qué ha pasado ahí? ¡Ha habido aforo máximo o algo!
Diez
minutos... Os dejo 10 minutos y habéis bombardeado. ¿Qué ha pasado? ¿Tema
caliente? ¿El bombero?
Lorena
Lopez: Jajajaja ese, ese, que ha pasado por aquí.
Alma
Gulop: Tú y tus cosas... Ponte a leer lo que hemos dicho.
Para
leer estoy yo, que ando en pleno proceso de: a)ir a la casa de Al a preguntarle
si tiene azúcar y después tirármelo; b) ir a casa de Al a tirármelo
directamente; y c) quedarme quietecita donde estoy.
Carmen:
La a!!!!
Gemita:
B!!!
Silvia: B!!!
Estefanya: B!!!
Iris: B!!!
Connie: B!!!
Loles:
B!!!
Kayla:
A y B!!! jajajaja
Anda
que ayudáis... Además, que ando ahora mismo con el pijama de Primark, que ni
ganas he tenido de cambiarme y no es cuestión de ir así. Primero tendría que
ducharme, maquillarme, ponerme mi mejor lencería.
Lorena:
Sí, la de Primark jajajajajaja
Efectivamente...
Loles:
Estáis locas...
Alma:
Y a mucha honra :P
Os
dejo, que voy a ver si me ducho.
Kayla:
¿Para ir a por Al? ¡Bien pensado!
Jajajajaja,
no si con amigas como vosotras las decisiones se toman fáciles.
Gemita:
¡¡Luego nos cuentas!! No te lo vayas a guardar todo para ti. Y si se queda
frito le haces una foto, manguera incluida.
Connie:
O///O ¿Otra foto para borrar?
Lorena:
O para esos momentos de intimidad, para que nos acompañe.
Loles:
Jajajaja
Kayla:
jajajaja
Valeria:
jajajajaja aquí se pasa de un tema a otro.
Chloe:
¡Y qué tema!
Iris:
¡¡A ver quién es capaz de ganarnos, somos multitema!!
Anda,
anda... Si puedo os saco una foto de él. Ya veréis como babeáis. Eso si
encontráis el cerebro cuando los ojos conecten con la imagen.
Chloe:
¡¡¡SÍIII!!!
Pongo
los ojos en blanco y desconecto. Conociéndolas cuando salga de la ducha me voy
a encontrar con más de cien mensajes.
En
fin, es hora de desperezarme un rato, que ya llevo mucho en el sofá y no he
hecho nada de nada y no es cuestión. Que al menos me gusta tener la casa
arregladita y cuando llegue Francisco, después tocará ayudarle con los deberes
y lidiar con él para que se bañe. Así que mejor lo hago yo antes y así puedo
relajarme una hora o dos.
Voy
al baño y me desnudo accionando los grifos para que se llene un poquito la
bañera. Me apetece estar ahí un rato. Dejo el móvil fuera, soy capaz de ponerme
de nuevo a charlar con el grupo y el agua se vuelve fría y pillo un resfriado.
Entro
a la habitación y agarro la bata que tengo. No es que vaya a tapar mucho pero
al menos me servirá para no ir desnuda por toda la casa. Es de Primark, cómo
no, pero tiene un poquito de elegancia porque es en color rosa pálido y un
tejido parecido a la seda. Me queda genial y me gusta lucirla. Me llega por
encima de las rodillas y me hace sentir sexy.
Una
vez de nuevo en el cuarto, la dejo sobre el mueble y me meto dentro del agua
que está... Qué gusto, Dios mío... Que ahora no me moleste nadie... ¡Mierda!
Saco el pie, que era lo que acababa de meter, me pongo las zapatillas y voy
hasta la cocina. La comida está sin hacer así que por lo menos tengo que
adelantar algo. Sí, mejor cojo, pongo un despertador en el baño y mientras que
se vaya pochando la cebolla.
Parece
que me ha poseído alguien por cómo pelo y pico la cebolla mientras el aceite se
calienta. La echo cuando está en su punto y la pongo a fuego bajo para que me
dé tiempo a disfrutar a mí, aunque sea un rato. Con suerte media hora.
De
camino a mi paraíso soñado voy colocando la alarma en el móvil —si es que no puedo
despegarme de él— y lo dejo en un sitio donde no lo alcance para disfrutar de
mi momento. Dulce agua, dulce relax...
*****
¡¡Quince
minutos!! ¡¿Qué cuernos he hecho para que no me merezca un poco de tranquilidad
antes de que llegue Francisco!? ¿Y por qué tienen que aporrear y llamar al
timbre con esa insistencia? ¿Qué pasa, que tiene que haber alguien sí o sí en
la casa?
Salgo
del baño, me pongo la bata aún goteando y abro la puerta para escuchar cómo
derriban la de la entrada. ¡A que van a entrar ladrones estando yo dentro!
— ¡Minny!
—Anda, si hasta saben mi nombre.
Ante
mí aparece la figura de mis sueños, ese dios hecho cuerpo... ¿o era cuerpo
hecho dios?
Lo
veo mirarme y girarse hacia la cocina de la que sale un humo negro y un olor
verdaderamente desagradable. ¿Qué habrá pasado?
Abro
los ojos tanto como me lo permite mi anatomía y lo sigue la boca. ¡La cebolla!
Si había puesto la alarma para que me avisara... Media hora, no podía haber...
Miro el reloj del salón y veo que me he tirado en el baño más de una hora. ¿Y
la alarma? A saber qué ha pasado con ella...
Cuando
por fin mis pies me responden me encamino hasta el mismo lugar donde Al está.
Se afana por apartar la sartén, que ha pasado a mejor vida, a abrir la ventana
y, no sé cómo ha dado con ella, pero anda esparciendo harina por donde se
calcina la cebolla que hasta ha llegado a prender fuego.
Sólo
cuando queda satisfecho de que no va a pasar nada más grave de lo que podría
haber ocurrido, me mira, su cara con manchas blancas.
—¿Estás
bien?
—Sí...
Yo... no pensé que se haría antes de que saliera de la ducha. —Ni loca le digo
que se me ha ido el santo al cielo—. Gracias, me has salvado la vida.
Lo
veo mirándome de arriba a abajo y de nuevo arriba donde nuestros ojos se
mezclan y... ¡¡¡¡Me está besando!!!!
No sé
cómo ha pasado pero me encuentro entre sus brazos, nuestras bocas unidas, su
lengua dentro de la mía como si hubiera irrumpido igual que cuando ha
destrozado la puerta para entrar en casa... Ay que me desmayo, ay que me da
algo... Que encima no tengo ropa interior... ¡¡Ni ropa, ahora que lo pienso!!
Autora x
Hola Minny!!
ResponderEliminarEste capitulo está muy interesante.
Besos💋💋💋